#02 Guerra: conflito e violência
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ÍndiceLa Memoria del Paisaje. Fotografías y texto de Gastón Salas. (7)
A Suprema ilusão da fotografia. Fotografías de la Biblioteca Nacional de Brasil. Texto de Joaquim Marçal Ferreira de Andrade. (15) La Guerra de los 200 años. Fotografías del Museo Histórico Nacional de Uruguay. Texto de Mauricio Bruno. (26) El Álbum de los mutilados de la Guerra del Pacífico. Fotografías del Museo Histórico Nacional de Chile. Texto de Francisca Riera Schappacasse (35) Réquiem NN. Fotografías y texto de Juan Manuel Echavarría. (44) Jesús Abad Colorado. Fotografías de Jesús Abad Colorado. Texto del Comité editorial. (51) Archivos del Terror. Fotografías de Ana Ayala. Texto de Fredi Castro. (62) Adilson Aparecido dos Santos, Alex de Jesus, Alex Sandro, Alexandre Oliveira Silva, Danila Maria Freitas… Fotografías y texto de Joao Wainer. (68) Barrio Chino. Fotografías y texto de Lucas Núñez. (84) Una guerra que tiñe a Venezuela de rojo. Fotografías de Juan Toro. Texto de María Isoliett Iglesias. (88) Walter Astrada, fotoreportero. Fotografías de Walter Astrada. Texto de Luis Weinstein. (94) Autores al Centro. Texto de Roberto Huarcaya. (101) Lavar. Fotografías y texto de Alejandra Alarcón. (102) |
EditorialEn octubre 2007, fotógrafos y gestores, académicos y editores, curadores y coleccionistas, estudiantes y profesionales se reunían en Sao Paulo en torno al primer foro de fotografía latinoamericana, realizado por Itau Cultural y liderado por Iatâ Cannabrava.
Muchos de los editores de "Sueño de la razón" nos conocimos en ese evento. En octubre de 2010, varios coincidimos nuevamente en la segunda versión del Foro (www.forumfotografia.com.br), donde presentamos esta revista y, además, preparamos este tercer número. En medio de un intenso intercambio latinoamericano y fotográfico, Milton Guran (www.fotorio.fot.br) planteó que una reunión de este tipo era de algún modo consecuencia del plan Cóndor: nuestro intercambio cultural regional se acentuó con las persecuciones de las dictaduras militares. Hoy tenemos más experiencias comunes, tenemos también actores culturales activos cuyos exilios y mudanzas acercaron nuestras escenas nacionales. La violencia política está inscrita en nuestras sociedades, quienes trabajamos en la cultura no podemos evitar confrontarla, somos parte de ella. Goya, el mismo autor del grabado que inspira el nombre de esta revista, realizaría entre 1808 y 1815 su emblemática serie gráfica Los desastres de la guerra, imaginando así - hasta donde esto era posible - las atrocidades cometidas durante la campaña napoleónica en la Península Ibérica, conflicto que también tuvo consecuencias permanentes en esta parte del mundo. Imaginar lo inimaginable, o al menos en los límites de lo representable, es tarea del arte más lúcido, y muy particularmente de cierta fotografía. Esta disciplina, en su doble estatuto de representación y huella de lo real, se ha instalado desde sus inicios como testigo excepcional y descriptor detallado de la barbarie humana. Para una revista monográfica de fotografía sudamericana, parece una obviedad editar un número dedicado a las guerras y otros tipos de violencia extrema, no solamente porque reconocemos una larga tradición a la |
fotografía documental relacionada con estos temas, sino además porque, aparentemente, las más agudas representaciones estéticas realizadas en Latinoamérica están de una u otra forma ligadas a los conflictos –o a su memoria - que golpean nuestras sociedades desde sus inicios. Esta no es una selección clásica de fotografía de guerra, tampoco un relevamiento exhaustivo de todos los registros posibles de la violencia y, sin dudas, faltan trabajos emblemáticos en torno a estos temas. No obstante, creemos que muchos de los ensayos e investigaciones publicados en este tercer número tocan un punto muy alto, tanto en el rigor como en la calidad, y algunos incluso se encuentran entre los trabajos más representativos de la historia de la fotografía latinoamericana. La Guerra del Paraguay es la tercera guerra fotografiada en la historia; en la Guerra del Pacífico, los mutilados fueron retratados, inventariados. La fotografía tampoco faltó a la cita con Antonio Conselheiro y sus cangaceiros. Hoy sigue acompañando a los muertos anónimos del conurbano paulista: durante años, la primera enseñanza a los jóvenes reporteros en práctica era cómo invertir el lente, para lograr un buen primer plano de las cédulas e identificaciones de los cuerpos recogidos por la policía. En unas páginas descubrimos que el paisaje clásico que vemos, es la escena de un crimen de Estado en Chile. Que las criptas fotografiadas en otras son rogatorios, para desaparecidos cuyos restos bajan el río Magdalena en Colombia. La fotografía documental dura llega con las entrevistas a dos grandes fotoreporteros premiados internacionalmente. Publicamos también trabajos de fotógrafos involucrados en el cotidiano violento de la pobreza urbana marginalizada y el acto poético de una joven creadora boliviana que se lava la sangre de la piel. Al inicio, una imagen sintética: Un bulto al pie de una pared roja. Al acercarnos distinguimos un cuerpo que yace a la intemperie: La violencia de la pobreza que sospechamos está entre las causas de tantas guerras y conflictos. |